La Jefa de Gobierno de Japón ha generado asombro en el ámbito de la diplomacia económica al recurrir a una emblemática línea del Shingeki no Kyojin.
La línea que separa la política global del mundo del entretenimiento a veces se desdibuja de la manera más insospechada. Sanae Takaichi, la nueva y firme primera ministra conservadora de Japón, protagonizó un momento singular durante una conferencia de inversiones celebrada en Arabia Saudita. Para culminar su intervención dirigida a potenciales inversores, la mandataria optó por una referencia poco convencional: una frase pronunciada por Eren Yeager, el personaje central de la aclamada serie Attack on Titan.
En un final de discurso que muchos calificarían de audaz, Takaichi modificó ligeramente la conocida frase: “¡Solo cállense e inviertan todo en mí!“. Aunque el contexto original de la obra es un grito de desesperación ante una posible ejecución, la mandataria japonesa la usó para solicitar capital saudí, mostrando que el anime puede convertirse en una poderosa herramienta diplomática, aunque su mensaje original pueda quedar en segundo plano.
Este peculiar uso del anime como herramienta de persuasión contrasta con la postura que se ha observado recientemente en Estados Unidos. El presidente Donald Trump planteó a mediados de 2025 la posibilidad de aplicar impuestos del 100% a las películas foráneas. Sin embargo, esta advertencia no ha logrado frenar el éxito masivo de la animación japonesa en el mercado norteamericano. Producciones como Demon Slayer: Infinity Castle, con recaudaciones que superan los 700 millones de dólares, y Chainsaw Man: The Movie – Reze Arc han demostrado una resistencia comercial que parece impermeable a los vaivenes de la política.
¿Interpretas la elección de la primera ministra como una muestra de una comprensión genuina de los matices narrativos de Attack on Titan, o simplemente como el uso estratégico de una referencia pop de gran alcance?
