Aumentan los cierres de estudios en Japón pese al crecimiento del mercado

Un reciente estudio de la firma Teikoku Data Bank confirma un incremento continuo de quiebras y clausuras que sacude profundamente al sector.

Personaje anime llorando

La industria del anime atraviesa una paradoja alarmante: crecimiento récord del mercado, pero cada vez más estudios cierran sus puertas. Un informe reciente de Teikoku Data Bank confirma el aumento sostenido de quiebras y suspensiones de operaciones en 2025, señalando un boom sin ganancias impulsado por la escasez de talento y las precarias condiciones laborales.

Más cierres en un mercado en auge

Según el informe, el número de estudios de animación que han cesado operaciones o declarado bancarrota en 2025 aumentará por tercer año consecutivo. En los primeros nueve meses del año, se contabilizaron ocho compañías fuera del mercado (dos quiebras y seis disoluciones). Esta cifra se acerca peligrosamente al récord histórico de 16 casos registrado en 2018. El informe advierte que, al incluir a los subcontratistas y freelancers, la cifra real de profesionales afectados es mucho mayor.


Entre los estudios que han desaparecido recientemente se encuentran nombres como Ekachi Epilka, Cloud Hearts y Studio5, lo que demuestra que ni siquiera los nombres conocidos están a salvo de la crisis.

La “sobrecarga de trabajo” como principal enemigo

Paradójicamente, este aumento de quiebras ocurre mientras el mercado del anime alcanza su máximo nivel de crecimiento. El problema radica en la escasez de personal cualificado. La avalancha de proyectos en producción ha generado una sobrecarga de trabajo, obligando a los estudios a retrasar entregas o a externalizar la animación a otros países. Esta externalización aumenta los costos debido a la depreciación del yen, reduciendo los ya escasos márgenes de ganancia.


Los animadores señalan que este modelo de subcontratación a bajo costo ha creado un círculo vicioso: las producciones externas requieren correcciones intensivas por parte del personal japonés, causando agotamiento entre los directores de animación y una consecuente fuga de talento.


Aunque existen iniciativas por parte de grandes editoriales y del gobierno japonés para mejorar las condiciones laborales y la distribución de ingresos, el informe de Teikoku Data Bank es claro en su advertencia: las productoras necesitan medidas urgentes centradas en la formación y retención de personal creativo si desean asegurar la sostenibilidad del sector.


¿Podrá la industria del anime japonesa encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico y la sostenibilidad laboral antes de que sea demasiado tarde?

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