Un fallo global en Cloudflare dejó fuera de servicio sitios de piratería, redirigiendo a miles de usuarios hacia plataformas legales de anime.
Mientras gigantes tecnológicos como ChatGPT y Canva sufrían el mayor colapso de Cloudflare en años, ocurrió un fenómeno curioso en el mundo del anime: de repente, miles de espectadores descubrieron que sus sitios “alternativos” favoritos habían desaparecido del mapa. Lo que comenzó como un caos tecnológico global se convirtió en la mejor campaña de marketing no planificada para Crunchyroll.
Resulta que la infraestructura ilegal depende tanto de servicios legítimos como las grandes empresas. Cuando Cloudflare -el guardaespaldas digital de medio internet- tuvo su fallo masivo, llevó consigo a innumerables sitios de anime no oficiales que usan sus servicios para protegerse de ataques. La ironía fue perfecta: los mismos sistemas diseñados para proteger el contenido legal terminaron exponiendo la fragilidad del ecosistema pirata.
Las métricas no mienten: Google Trends mostró un pico en búsquedas de “Crunchyroll” exactamente cuando los sitios alternativos comenzaron a mostrar errores. Fue como presenciar una migración masiva de aves hacia el único árbol que seguía en pie después de una tormenta. Los números no dejan lugar a dudas: con sus sitios habituales inaccesibles, una oleada de espectadores optó por la fiabilidad frente a la gratuidad. Crunchyroll se convirtió en el puerto seguro para quienes solo buscaban disfrutar de su serie favorita sin interrupciones.
¿Te uniste al éxodo hacia Crunchyroll o fuiste de l@s que refrescaron la página esperando que volviera la “normalidad”?