Un responsable de producción se esfumó con el capital, dejando a los animadores sin sus honorarios.
Una vez más, el mundo del anime genera titulares por motivos lamentables. Se ha destapado una crisis tras las cámaras de la adaptación animada de Haite Kudasai, Takamine-san (Please Put Them On, Takamine-san). Reportes recientes indican que ha surgido un grave caso de pagos incumplidos que impacta a numerosos capítulos del proyecto, sumiendo en la incertidumbre a los artistas que participaron en su creación.
Los datos filtrados apuntan a que este problema de “salarios no abonados” afecta a múltiples episodios. Lo más preocupante es que esta circunstancia ha impactado severamente a estudios de animación de menor tamaño que operaban como contratistas externos.
Al no percibir los fondos acordados por sus servicios, varias de estas empresas estuvieron cerca de anunciar quiebra, dejando al descubierto la vulnerabilidad económica que sufren muchos participantes en la cadena productiva del anime.
Al revisar los listados del equipo técnico, se detectó que una persona de dudosa trayectoria (director de cierta empresa productora) figuraba como “Production Desk” (Responsable de Mesa de Producción). Esta posición es crucial, ya que administra el capital y los desembolsos a proveedores externos.
El método operativo fue el siguiente: este individuo distribuyó las labores entre los estudios subcontratados, el trabajo progresó y los materiales se completaron sin contratiempos. No obstante, cuando los animadores presentaron sus cobros, los pagos jamás se materializaron. La justificación del responsable era que “el estudio principal todavía no ha transferido el dinero”. La casa productora principal es LIDENFILMS, pero aquí surge la clave del asunto: LIDENFILMS ya había desembolsado el presupuesto y aceptado los entregables, por lo que no comprendían los reclamos de pago.
Poco después, se confirmó la peor noticia: el “individuo bajo sospecha” se esfumó con los fondos, abandonando al equipo sin remuneración y sumiendo la producción en el desconcierto.
¿Consideras que las casas productoras principales deberían implementar mecanismos de supervisión más rigurosos para prevenir este tipo de fraudes?